27 jun 2009

Una segunda oportunidad

La siguiente es una nota publicada por El Universal el viernes 26 de junio, y por considerarla interesante la publicaré. Dejó, además el link de la página por si quieren consultar la nota original: http://www.eluniversal.com.mx/cultura/59719.html las imagenes son sacadas del buscador Google.

Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Viernes 26 de junio de 2009

Una segunda oportunidad para los libros
Libro que no se vende, va a parar a las máquinas trituradoras. De ese destino los salva el remate
Si en el remate del año pasado salvaron alrededor de 750 mil libros de “saldos” que estaban destinados a ser triturados, en este Tercer Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional, que se realiza del 24 de junio al jueves 2 de julio, las 104 editoriales participantes esperan vender más de un millón de libros que sacaron de sus bodegas.

Para el editor y escritor Rafael Pérez Gay, el remate debería replicarse todo el año y en todo el país, porque considera que es una buena forma de fomentar la lectura; sin embargo, dijo, esto debe servir además como un llamado de atención a los libreros y almacenes porque el tiempo de vida que le permiten a un libro se ha reducido a la nada.
“Los libros que deberían estar en las mesas de novedades o exhibiéndose en torres duran muy poco, pasan rápidamente al anaquel, se reduce su vida, no tiene una segunda oportunidad y pasa prácticamente al almacén, de modo que este remate es darle una segunda oportunidad, una especie de segunda vida a libros que muchas veces son casi novedades”, apuntó Pérez Gay.

Con esa venta de libros que desde hace tres años organiza la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino, se evita la práctica que hay entre las editoriales de que pasado un tiempo, los libros que no se venden y mantienen en bodegas, sean destruidos. Eso le parece terrible al editor de Cal y Arena, quien aseguró que “para algunos editores es preferible destruir los libros que saldarlos”.

La estrategia es poner los textos a precio de remate, con lo que se apoya a las editoriales, los lectores compran libros a precios bajos y además se fomenta la lectura. Peréz Gay dijo que el hecho de que sean saldos, no quiere decir que sean libros malos o inservibles, al contrario “son libros que no tuvieron en su momento la oportunidad o la suerte de quedarse en las librerías y con esto se ponen de nuevo al alcance de los lectores”.

Paloma Saiz, coordinadora de Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura, aseguró que libros que han pasado por ventas, rebajas y remates en librerías, hallan un nuevo espacio para su salida a través del remate, “para los lectores esta es una gran fiesta pero también ayudamos a la industria editorial a limpiar sus bodegas y a nosotros como programa de fomento a la lectura nos viene muy bien porque acercamos a la gente a libros a precios muy reducidos”.

Miles de títulos

Durante nueve días —tres días más que en 2008—, a lo largo y ancho de todo el vestíbulo del Auditorio Nacional, se instalarán las 104 editoriales comerciales y provenientes de todas las universidades de la ciudad para poner al alcance del lector y a bajos precios todo tipo de libros.

“No quisimos acotar los precios a un porcentaje, queremos remates, tampoco hemos querido decirles a las editoriales que sólo traigan libros de literatura, yo no espero que los de superación personal y esoterismo sean los que menos se vendan, al final los que vienen a este tipo de eventos es lector”, opinó.

Saiz Tejero aseguró que en el Tercer Gran Remate habrá todo tipo de libros, no sólo de casas comerciales, sino también de las universidades que tienen editoriales, cuyas bodegas están llenas de textos que no pueden regalar o donar, porque generan impuestos, ya que se consideran activos fiscales.

En 2008 participaron 85 editoriales y hubo más de 100 mil visitantes; ahora, con 104 casas editoriales y 130 sellos, esperan superar la asistencia de lectores.

Ante la expectativa de lectores y editores pensaron en hacer dos remates al año, en junio y diciembre, pero no hallaron un lugar similar para finales de 2009. Pero se han extendido tanto en esta ocasión, que los stands llegan s las puertas que dan a las butacas del Auditorio Nacional.

Lo que no cambia es la propuesta, poner a remate esos libros que al no venderse las editoriales los trituran.

Saiz recordó: “En 2008 salvamos 750 mil, cuántos se fueron a la guillotina, no tengo ni idea, es algo de lo que las editoriales no les gusta hablar, pero espero que este año vendamos un millón de ejemplares” y añadió que no se han organizado talleres ni presentaciones de libros, pues se quiere mantener el llamado como lo que es, un gran remate de libros”.

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